Hace poco, leyendo un libro de Enrique Mariscal, encontré un hermoso aforismo que no he podido menos que copiar he interiorizar. Y ahora mismo estarán pensando los que lean este blog que el dicho aforismo aparecerá entre cursivas y comillas y todos quedaremos extasiados y llenos con su sabiduría y su luz. Pues va a ser que no, a riesgo de quedar como un paranoico, por que pienso que tras esa manía de ciertos individuos de expresar con ideas de otros sentimientos o emociones que nunca han sentido se esconde una mal disimulada petulancia de un saber que no les pertenece, del que se apropian y del que desde mi más humilde opinión, hacen un mal uso. Y sin querer he vuelto a desvariar y a confundir mi discurso, si es que alguna vez en mi vida lo he tenido claro.
Las cinco eses de las que habla Mariscal son:
SOL, del que salvo raras excepciones siempre estamos ocultos trabajando en una cocina;
SILENCIO, un lujo en una cocina profesional, una utopía a veces, necesaria y escasa cuando más hace falta -pero a veces,cuando queda poco para comenzar el servicio y toda la mise en place está preparada, hay un momento de silencio, de quietud donde tú y tus compañeros os dejais caer sobre los timbres,sobre alguna nevera o simplemente permanecemos de pie y nuestros pensamientos pueden fluir libremente dejando escapar con ellos un pedazo de nuestra alma que no pertenece ni es esclava de la cocina-
SOLEDAD, la más hermosa de las mujeres si eres tú quien decide amarla, cruel y despiadada, celosa y posesiva si es ella la que te atrapa. Es difícil poder sentirla en un trabajo que por su idiosincracia requiere de un equipo para su realización, y quien ha tenido la experiencia de trabajar en una cocina donde no había nadie más, sin entrar a valorar el porqué, (yo en mi caso trabajé en una cocina donde era necesario un mínimo de dos personas y el empreasario no opinaba lo mismo) sabe lo que es soledad puede hacerte sufrir.
SIMPLICIDAD, esta reconozco que es mi ese favorita, porque si hay algo que la cocina debe volver a recuperar por encima de cualquier otra cosa es la simplicidad, en sus formas, sabores, presentaciones, en todo lo que de acto humano y divino tiene la cocina, alimentar haciendo disfrutar, tal es el arte de la cocina.
SERVICIO, que decir del servicio que alguien más inteligente y sensible que yo no haya dicho, pues como dijera... no,no caere en la fina petulancia de regar con palabras de otro lo que siento. El servicio es lo que me hizo abrazar esta profesión,lo que me hizo enamorarme de la cocina. Servir es lo que día a día me enseña un poquito más de mi mismo, lo que me hace aprender y seguir atento, siempre atento...
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