Mucha es la relación entre cocina y literatura, muchos lo platos que han ido de la mano de las palabras, y muchas las palabras que han acabado en el fondo de una marmita o en el poso de una botella de vino. En estos últimos años la bibliografía dedicada a la gastronomía ha sido inmensa,casi que abrumadora. Miles de libros se han publicado con los más variados temas y recetas, de aquí y de gran parte del extranjero. ¿Es esto una queja? Pues puede ser. a lo mejor es pura envidia por el alto precio de esos libros que impiden que un enamorado del papel como yo pueda hacerse con todos. Claro que visto de otra manera sería enfermizo hacerse con todos esos libros, leerlos, realizar sus recetas, recopilar todos sus trucos y sus técnicas... lo dicho, una locura. Y como para locura ya tengo bastante con la mía, sólo quiero hablar de los libros que dedicados al mundo de la cocina más me han engatusado.
Empezaré por el último, que es el que más fresco tengo en mi mente y en mi ánimo. Va camino de convertirse en un clásico, si no lo es ya, hablo de CALOR, esa especie de ensayo novelado y documentado que hace su autor - Bill Buford- de su paso por una cocina profesional. Quiero dejar aquí un pequeño fragmento pues en él va la razón de porqué me hice cocinero:
" Al empezar aquella historia, no había querido un restaurante. Quería los conocimientos prácticos de la gente que lleva un restaurante. No quería ser un chef: solamente un cocinero. Y mis experiencias en Italia me habían enseñado por qué durante milenios la gente había sabido preparar su comida. Conocían bien los animales y que hacer con ellos, cocinaban con las estaciones y entendían el funcionamiento del planeta con la sabiduría del granjero. Conservaban las tradiciones sobre como prepararlos alimentos, las pasaban de generación en generación, y las consideraban una expresión de sus familias. La gente no tiene esa clase de cultura en la actualidad, aunque parezca tan fundamental como la tierra, y lo cierto es que quienes la tienen, suelen ser profesionales, como los chefs. Pero yo no quería esos conocimientos para ser un profesional, sólo para ser más humano"No se puede decir más bello.
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