domingo, 17 de junio de 2012

ATÚN, LEVANTE, PARAISO... CÁDIZ


Estamos en plena temporada del Atún de Almadraba.  Uno de nuestros tesoros culinarios.

Una ventresca de atún,
preparada para el leve roce con un plancha caliente,
todo un lujo para el paladar.
A estas alturas casi todos los restaurantes de prestigio de la provincia han hecho sus jornadas del atún, e incluso hay quien ha montado un ronqueo para sus clientes.
He de decir para quien lo desconozca que el ronqueo no es más que el despiece de un atún, espectacular para quien nunca ha visto un pez tan grande fuera de su hábitat.

Aplaudo esas iniciativas. Y aunque no se hagan por los motivos que yo quisiera, creo que ayudan a educar al público sobre lo que va a comer, hacerle consciente del trabajo que hay detrás de un plato de atún.
No sea que al final la gente piense que el atún proviene de una lata o la leche de un cartón.

Son ya varios los años en los que todo lo relacionado con el atún marca el verano en los restaurantes de Cádiz, y sin llegar a ser maestros como pudieran serlo los japoneses, no cabe duda de que aprendemos rápido.
No voy a hablar mucho del atún, ya se escribe, se filma, se comenta, se cocina demasiado del atún.

Yo sólo puedo ponerle algo de poesía, y no la mía, si no la de un maestro al que adoro, Javier Ruibal.


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