Hay una cosa que procuro no perdonar cuando visito por primera vez una ciudad, y esa es su Mercado. Para mi son lugares que encierran parte de la vida de sus habitantes, a pesar de que con los años estos mercados no han sido ajenos a los cambios sociales y de alimentación que perjudicaron su vigencia y utilidad.
Durante muchos años estos mercados fueron dejados de la mano de dios, empeorando su estética y instalaciones. Con los años ha surgido un movimiento a casi todos los pueblos de la provincia para reformar y recuperar el esplendor de un lugar de encuentro, donde la gente acudía para comprar aquellos alimentos frescos y de temporada. Hoy eso también ha cambiado.
Lo que quiero compartir hoy son esos lugares maravillosos donde poder contemplar los pescados frescos del día, las verduras de la huerta, las carnes y el quehacer de una gente que ofrece su mercancía de la forma más directa posible, una forma que hay que cuidar y preservar por el bien de nuestros hijos.
Pero lo voy a centrar en los mercados que mejor conozco, los de mi querida tierra gaditana. Y el primero de la lista es el de mi tierra natal, Jerez de la Frontera.
antigua fotografía del Mercado centra de abastos de Jerez |
Existe una entrada en la Wikipedia donde se dan algunos datos del edificio donde se instala el actual Mercado de abastos de Jerez. Este se levantó sobre el antiguo convento de San Francisco y su primera piedra se colocó en junio de 1873, terminándose de construir en 1885. Son muchas las vicisitudes por las que ha pasado el mercado y otras tantas las reformas acaecidas hasta la última que si la memoria no me falla data del año 2001.
Durante muchos años visitaba la Plaza - que es como comúnmente se le conoce al mercado en Jerez- debido a mi trabajo. La empresa en la que trabajaba tenía varios clientes y una vez por semana acudía a llevar mercancía. Durante años me recorrí las entrañas del edificio y comprobé en mis carnes el mal estado de sus infraestructuras. Aún recuerdo el olor que había en la planta de abajo donde se situaban las cámaras.
Imagen actual del Mercado con la nave de venta de pescados al fondo |
Pero eso ya, espero, forma parte del pasado. Pasear hoy por el Mercado de Jerez es hacerlo por unas calles amplias y con casi todos sus puestos abiertos. La última reforma importante se efectuó en la zona de venta de pescado.
Se podría decir que la Plaza es el punto neurálgico del centro de Jerez, a partir de ahí se te abre la ciudad en todas direcciones, con todas sus posibilidades y rincones que descubrir. Hace un par de años que no piso el Mercado, la razón es que no vivo ya en Jerez, pero para mi es el mercado que guarda entre sus mercancías unas gotas de emoción, unos gramos de recuerdo, las espinas de una parte de mi vida.
Creo con esto lo único que pretendo es escribir una declaración de amor hacia los mercados, hacia sus gentes, quienes venden y quienes van a comprar, el amor hacia los productos frescos y cercanos, el contacto directo con la vida y lo que nos la sustenta.
Es un amor antiguo, que nace cuando mi madre me llevaba con ella a la plaza y desayunábamos los churros que allí se hacían. Que fue creciendo con el tiempo y a pesar del trabajo, que se hizo mayor y consciente cuando me hice cocinero y comprendí que sólo con los productos más frescos era posible hacer la mejor comida. Sólo espero que los Mercados sigan siendo los garantes de esa frescura, de los mejores productos, de la cercanía y el respeto por nuestras costumbre.
Espero poco a poco contar como están los demás Mercados de Cádiz, pero eso si, desde la perspectiva de un enamorado.
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