domingo, 30 de enero de 2011

MI ALFA

Se supone que cuando uno comienza algo debe al menos saber que es lo que comienza. Se supone que si uno viene a este mundo al menos deberia intentar saber para que vino. Lo que aquí quiero expresar es mi busqueda, los caminos que escogí y las encrucijadas a las que me enfrente. Y como a pesar del miedo y los errores uno no deja nunca de caminar. Y es que si de algo estoy seguro es de que no voy a dejar de avanzar, siempre hacia adelante, hacia adelante.
No soy nadie especial, ni me adornan cualidades extraordinarias que asombren a todo el mundo, no poseo tampoco habilidades fuera de lo común y si tuviera que resumir en una palabra como soy diría simplemente: normal. ¡Bendita palabra que no abre ni cierra puertas, que no es nada y lo es todo!
Sólo soy un buscador, un intrigante en la corte del espíritu, un lacayo de la rebelión y un siervo de la insurrección, un espía de mi mismo, mi peor enemigo. Soy todos los papeles que la vida te lleva a jugar sin dejar de ser nunca un bufón que se ríe de si mismo y que por no creer ni siquiera cree en la representación del mundo.
Y luego, a trozos, y en el tiempo que vendo mi alma a una nómina, soy cocinero. ¿Quien me diría a mi que encontraría un nuevo camino entre los fogones? A veces es el único lugar del mundo donde me siento seguro, donde sé lo que tengo que hacer, donde presiento que la mano de dios acaricia mis cacharros donde un guiso se transforma en algo maravilloso.
Dios puede que esté entre los fogones, pero yo nunca quise encontrar a ese dios, quiero tan sólo encontrarme a mi mismo. Imagino que es algo NORMAL.